viernes, 3 de octubre de 2025

SUSPIRO BENDITO DE OCTUBRE

 


SUSPIRO BENDITO DE OCTUBRE

 

Se construyen los suspiros desde el grito inicial del Cosmos.

En la Tierra se dividieron en dos, el femenino y el masculino.

Nació el suspiro de la bella madre costeña.

Nació el suspiro del apasionado padre serrano.

Cuando ambos volvieron a ser uno: nació el de mi niña amada.

Suspiros que van y vienen por el caminar de nuestros pasos,

con ingredientes de alivio, de pasión, de cansancio y del ausente.

Sin remedio navega el fatal, flota el final, sin eterna aceptación…

El suspiro que La Dualidad Sagrada me impuso inhalar,

al exhalarlo lo coroné con la prosa de mi poesía más triste;

el último que como acuario sin agua me dejó: la muerte de mis padres.

Suspiro bendito que vienes y te vas, con alegría y dolor.

Suspiro que nunca te quedas en el Paraíso.

Permaneces, eterno, solo en la ficción.

Y, en cada octubre:

Me visitan esos suspiros mágicos, el de mi vital cría con sonrisa sin dientes;

Y el de mi Guarda, mi añorada y venerada Mamacita, con alas…

 

Franz Alberto Merino Dávila

Poeta y escritor ecuatoriano que aún suspira, por ti.


YAHUARCOCHA OTRA VEZ EN LA HISTORIA

 


YAHUARCOCHA OTRA VEZ EN LA HISTORIA

 

Estoy percibiendo la sangre en el viento del norte de mi serranía; 

una nueva Yahuarcocha se aproxima para sumar más viudas. 

No con lanzas ni quipus incas, 

sino con fusiles, tanquetas y gases que ciegan la conciencia. 

Un emperador sin trono ni corona, empeñado en someter a guerreros ancestrales, 

dicta órdenes desde una Gobernación y desde el mármol de un hotel del desprecio, 

con un ejército sin alma, muchos de reciente mestizaje, 

y una policía que ha olvidado el rostro humano de la orfandad.

 

Los indígenas del norte: los Karankis, los Otavalos, los Kayambis y más,

no tienen metralletas, ni cascos, ni botas militares, ni escudos blindados; 

solo la dignidad tatuada en la piel, zapatos gastados, 

y la memoria de Efraín Fuerez como estandarte.

 

No disparan balas: disparan reclamos justos, 

verdades que gritan ancianos y niños, mientras callan muchos periodistas pagados. 

No lanzan perdigones que atraviesan el pulmón y las costillas; 

lanzan preguntas que el poder no sabe responder, cegado por su codicia sin fin.

 

Recuerden: la estructura es la pobreza, 

y el detonante de la desesperación de todos los padres: el alza de los combustibles. 

Pero el fuego que arde no está en las calles de Imbabura: 

está en las entrañas de una historia que no cesa de repetirse con la represión.

 

Yahuarcocha no es pasado: ahora es símbolo del rechazo a la ocupación. 

Es advertencia del fracaso del consumismo. 

Es grito contra el capitalismo depredador, sin justicia social. 

Es el espejo de hoy: nuestro Ecuador, a punto de convertirse en un lago de sangre.

 

Franz Alberto Merino Dávila

Poeta y escritor ecuatoriano con hambre de gritar: ¡tengan piedad!

https://franzmerino.wordpress.com/

https://cuidadoresanonimos.blogspot.com/

https://www.autoreseditores.com/franzmerino

 


miércoles, 1 de octubre de 2025

LOS POETAS NO ROBAMOS NI EL AMOR, NI LA INSPIRACIÓN DE LA MUSA.

 


LOS POETAS NO ROBAMOS NI EL AMOR, NI LA INSPIRACIÓN DE LA MUSA.


Los poetas nunca le quitan la musa a otro creativo.

Ni por esencia, ni por ética, ni por honor.

Porque simple y llanamente:

No lo desean.

Ni en el estertor, trayendo la oración el sacerdote.

 

¡Es asqueroso “arrastrar” a la musa!

Sería bazofia en la boca,

y perfume del político ladrón que,

antes abrazó con fingida humanidad

al campesino sin esperanza y sin monedas…

 

El alma del creador no se cuestiona.

Nunca se da.

Ni en los persas, ni en el ahora.

El poeta no roba la musa.

Solo se va.

 

Ella se va, y viene el réquiem.

Se va llevando el contenido del amor,

de esos versos ya sin brillo,

que algún día fueron joyas en su cuerpo,

en su piel, antes con sabor a miel.

Y ahora son irises quitados de sus ojos,

sin merecer siquiera compasión…

 

Cuando se va nuestra musa…

el punto de despedida ya no construye línea,

ni estrofa, ni verso, ni  página con sentencia:

es construcción del olvido.

 

El poeta no discrimina ninguna forma ni color:

No hurta letras, a diferencia del Presidente que roba el dinero.

Sí borra, tacha, atiende, desatiende y marca.

No engaña: ¡es verdadero imperfecto!

 

El poeta: ¡muere por ti!,  con su musa.

El poeta no roba mausoleos, ni pide procesión alguna.

Es el lector quien cava, entierra, bendice y llora en su tumba.

La musa renace en nuevo arte, en  flor,

quizá el lirio… y, sin pecado.

 

Autor: Franz Alberto Merino Dávila

Ecuador, septiembre de 2025

 

POESÍA HECHA CALOR

 



POESÍA HECHA CALOR


Ella, amiga íntima, musa de luz, me abraza con su poesía hecha calor.

Me complace escribirle en privado, donde el verbo se desnuda sin testigos.

Esperada como lluvia de inicio de temporada, su visita renace mi prosa libre.

Luego, su sensualidad me provoca a entregarle mis besos sin robarlos;

ahí flota, como nube exclusiva, sin competencia en cielo azul;

Entonces yo la envuelvo con mi abrazo: manto de pasión, lleno de amor.

 

Tuyo: Franz Alberto Merino Dávila

Ecuador, 2025