miércoles, 1 de junio de 2022

EL NIÑO VISIBLE, Y EL DE SU INTERIOR, PERDURE VIVAZ.


 


EL NIÑO VISIBLE, Y EL DE SU INTERIOR, PERDURE VIVAZ

Cabellitos lacios, ondulados, y rizaditos.

Rostros límpidos, otros con dulces pequitas.

Orejitas pequeñas, diferentes, y hermosas grandes.

Unas te escuchan, otras oyen solo su mecanismo interior.

Ojitos claros, otros oscuros, unos ven y otros solo sus inquietas entrañas.

Naricitas perfiladas, puntiagudas, ñatas, otras bonitas atípicas prominentes.

Labiecitos delgados, atractivos hendidos, y gruesitos.

Bocas que gritan amor, otras siempre en silencio dirán: ¡te amo, mi Dios!

 

 

Manecitas negras, canelitas, y blancas; todas juguetonas.

Bracitos lampiños, otros decorativamente velludillos.

Piernitas derechas en acción, otras lindas chuequitas, otras en pausa.

Pieles nítidas, otras con marcas y manchitas mágicas.

Cuerpecitos delgados, gruesitos, otros angelicalmente frágiles.

Hermosas formas de los niños, terciopelos para nuestros tactos.

Hagámoslos muy felices cuando veamos a estos pequeños seres de viva luz.

Nieto, hijo, adoptado, propio, de la calle; niños todos: ¡la dicha los acompañe!

 

En homenaje al día del niño con y sin techo, quien vive con amor… otros con desamor.

Franz Alberto Merino Dávila.

01 – 06 – 2022

 

Con especial afecto para:

Muy queridos, tiernos, bellos, mis añorados nietos. Que su niño interior siempre vivo, impoluto, y alegre lo lleven por siempre. Así sea.

Con puro amor, su abuelito.

Franz Merino.