Ya acostado, escuché un suave tamborileo desde un rincón de mi dormitorio
La luz del plenilunio enfocó el movimiento de una mano femenina tatuada el Jamsa
La segunda mano con guante largo y blanco hacía sonar una castañuela rojiza
Una seductora bailarina española se mostró en su totalidad maquillada como una flapper.
Me sentía como un genio persa consentido soñando con mi ideal de hembra humana
Se acercó bailando muy despacio hasta la ventana, me dio la espalda y la abrió
La brisa de la noche trasmutó su vestido flamenco por un imperturbable tul turquesa árabe.
Su maquillaje se desvaneció y mostró el más bello rostro bronceado que he visto
Su baile se hacía cada vez más cautivador, moviendo sus caderas al ritmo del violín.
La emoción aumentó cuando sus gestos deseaban como agarrar mi alma
Indubitado mi cuerpo se levantó y ante tanto erotismo mi corazón se lo entregó
Empecé a coordinar sus movimientos con los míos que deseaban en vano superarla
Me hizo morder el guante y dando media vuelta maximizó el giro sensual con sus cabellos
Se arrinconó nuevamente y se escondió en la cortina de la ventana de su origen.
La brisa sopló la cortina y la danzante mostró toda su piel canela y tersa;
Su perímetro era perfecto, y con cada meneo me lo mostraba al detalle
Se me acercaba más cada segundo, cada minuto, y empezó a ejecutar el magreo con sutileza
Intenso, más intenso, el roce se daba intensamente; ¡ya no pude más!; ¡ella tampoco!
¡Quise besarla para enamorarme más! ¡Desperté! ¡Viví un sueño deslumbrante! ¡Oh, mi Dios!
AUTOR: Franz Alberto Merino Dávila
En una tarde soleada en Loja, 2 de mayo de 2024, en Ecuador.
Poema en tributo a Maurice Ravel; creador de música clásica: “Le Boléro de Ravel”
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