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martes, 13 de junio de 2023

EL ABRAZO SE FUE

 



EL ABRAZO SE FUE 


La agraciada libertad y expresarla a plenitud corriendo sin miedo, dejé de verla.

La sigilosa escondida detrás de la puerta y el susto gracioso, se fueron.

Mi risa, como padre, pasó; era la continuidad al escuchar a la preferida risa infantil.

Y, viajé a buscar esos abrazos matinales… ya no los tengo: ni en plenilunios, ni en arcoíris.

Escudriñar en mi colección virtual momentos con mi “Gasparín”, me apacigua.

El abrazo entre adultos en las fiestas, pocas veces me llenan, otros me intrigan.

Añoro el largo abrazo sutil; pidiéndole luego sea más fuerte; como el del retorno de guerra.

El inocente beso ya no me acompaña en mis mejillas, en este camino recorrido de espinas.

Vive hoy conmigo, un fantasma que me hinca, me lastima, me destroza llamada nostalgia.

El Plan Divino funciona como si nada le importarán los tristes, los lamentos y sus oradores.

¡El tierno abrazo se alejó!

¡El beso angelical no regresó!

¡Mi plegaria decreció en su misticismo!

¡El corazón desahuciado perdió su ímpetu!

¡Todo, ya fue!


Franz Alberto Merino Dávila.  

Vendedor de servicios y equipos informáticos.

Instructor y asesor de software empresarial.

Escritor y poeta sudamericano.

Loja, Guayaquil, Ecuador.

@franzmerino #franzmerino


domingo, 10 de abril de 2016

ORO A JHWH POR TI Y POR ÉL.






ORO A JHWH POR TI Y POR ÉL.
Déjame vivir una lluvia más, para recordar cuando bajo ese caño nos bañábamos.
Déjame vivir un sol más, para recordar cuando ambos jugábamos con la arena del mar.
Déjame escuchar, una vez más, la majestuosa obra del “Ave María”  de Schubert,
Y sea así mi amor emulado por lo más cercano y  más sublime que siento por ti.  

Déjame también sentir, una vez más, mi tristeza y mi dolor por tu ausencia, mi bello ángel.
Déjame valorar, por esta condición, el inmenso precio de mi soledad por no tenerte.
Déjame vivir de mis recuerdos, un poco más, para que mi agonía no me torture.
Dame un tiempo más, para orar a María en este presente y en el futuro cósmico vernos.

Déjame soñar… déjame seguir pensando en ti, recibiendo la limosna de tus abrazos.
Déjame seguir sonriendo con mi nostalgia, mendigándole a un gran amor que me exilió.
Déjalos seguir a mi mente y a mi corazón alimentarse con nuestras bellas memorias.
Déjame vivir, un poco más… suplicarle a Yahvé por ti, por tu bienestar y el de él, mi bebé.

Franz Merino