Estos momentos pandémicos son ideales para debatir y aprobar una ley que favorezca al doliente crónico de cualquier edad para dar por terminada su existencia de manera autónoma o alguien lo asista en su muerte voluntaria.
Me gustaría que este proyecto de ley se apruebe en este año pandémico, para despenalizar al auxiliar (no necesariamente personal médico) que asista con el final del sufrimiento del padeciente.
Elaborar una ley; así como dan por sobreentendido la donación de órganos voluntaria de las personas ecuatorianas al fallecer clínicamente (cerebral), hagan los mismo para practicarnos una muerte dulce de ser irreversible, degenerativa, progresiva, nuestra dolencia.
Solo si lo solicitamos en el momento de renovación cedular o por Notaria Pública nuestro deseo de prohibir finalizar asistidos nuestros martirios enfermizos, serán respetadas estas decisiones.
No es justo traspasar nuestras herencias a los propietarios de las clínicas y/o hospitales, peor contribuir al sufrimiento de los familiares sobrevivientes, e inclusive contribuir a la disolución familiar.
La enfermedad catastrófica, crónica, solo trae pobreza, más sufrimiento, y más problemas al entorno cercano.
Despenalización inmediata para la finalización del sufrimiento humano, más en estos dos años de asfixia pandémica.
No olvidar que mi existencia, no es su existencia. Mis creencias no son las suyas. El dolor de mi cuerpo, no es el dolor de su cuerpo. Mi mente no es su mente. Mi corazón no es su corazón. Mis pulmones no son los suyos. Mis enfermedades renales no son en sus riñones. Mi hígado no es su enfermo hígado. Mi decisión final solo es mía, y debe ser respetada por ser mi último deseo, cual testamento. Hagamos que suceda la muerte digna en todas las personas del mundo; donde Ecuador es parte. No solo tengamos piedad y misericordia para el resto de los animales.
El día final escogido por el ser humano ecuatoriano debe ser respetado e indiscutible.
Por mi parte, lo manifiesto públicamente, soy partidario y así lo deseo, que me asistan en mi fallecimiento voluntario a quien le corresponda, y/o me entreguen el químico necesario para morir con dignidad si aún me lo permite la fuerza de alguna de mis manos.
Desde ya libero de toda culpa a quien me asista y tampoco la sienta como suya, quien me auxilie en el final acto de amor a mi humanidad.
Ninguna religión debe inmiscuirse en estas decisiones físicas humanas. La existencia es finita, pero la Vida, mi vida, siempre será eterna.
Espero la última partida me suceda después de muchos años, porque aún soy autosuficiente, y mi existencia terrícola la sigo la disfrutando a full caminando mi vida vestida con el smoking de tierra, mi cuerpo.
¡Sí!, a la eutanasia.
¡No!, a la ortotanasia.
¡Nunca!, a la distanasia.
¡Sí, a la dignidad humana!
Esta iniciativa de proyecto de ley se debata, reglamente y apruebe, ¡YA!
Franz Alberto Merino Dávila
PROYECTO: F.A. M. D.
Final Asistido Muerte Dulce.
Fallecimiento Autónomo Martirio Desvanecido
Fuerza Ausente Morir Dignamente.
Loja, a 15 de mayo de 2021
@franzmerino #franzmerino
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