Me lanzaron con pena y caí próxima al basurero fijo del barrio sin hacerme daño;
No acertó la mano de la abuelita llorando desde su ventana, no sé de qué piso.
Tus siete años venían harapientos y desorientados dando puntapiés a las piedrillas;
Recordando los maltratos recibidos de tus viciosos padres antes de tu huida.
Al verme no me golpeaste, me levantaste y me guardaste en tu bolsillo no tan roto.
Ese día encontré otro destino en tu destino reescrito que te esperaba.
Por la noche me usaste como tu almohadita de fantasía, atrás del contenedor.
En la mañana, siempre todo niño quiere jugar como la senil lo hacía conmigo,
Y rebuscando de la basura sacaste mis accesorios y complementos.
Me pusiste cuatro hilos y de dos paletas de helado colgabas mi cuerpo.
Tenté a tu mente infantil hacerme saltar en la acera, enfrente del tacho.
Cayeron monedas sin pedirlas, la oportunidad nació.
¡Tu hambre se acabó!
¡Yo me hice tu linda artista de trapo!¡Tu milagro!
Me hiciste tu aprendiz de títere y tú mi aprendiz de titiritero.
Juntos recorrimos muchas calles, haciendo reír y llorar.
La gente nos veía y dejaba sus propinas,
En el pasto, con ese aire libre del parque verde.
Nos aplaudían atentos, ensimismados en sus amores y penas.
Tú me enseñaste, a hablar sin hablar, a cantar sin cantar,
A sentir tu sentir, a bailar sin ser bailarina; ¡tú eras mi milagro!
Yo te enseñé a crear, a imaginar mejores sueños conmigo;
A jugar y a vivir lindas historias que viven en el mundo de los niños.
Éramos la aprendiz de títere y el aprendiz de titiritero;
Dos almas unidas por hilos invisibles de amor
Marcados con la santísima cruz de las paletas.
Te alejaste de tu infancia velozmente, creciste y me dejaste sola y triste,
Sin saber qué hacer ni qué decir por tanto tiempo… ¡me soltaste tu mano!
Te fuiste con tu nueva amiga blanca con capucha y canasta para el dinero,
Comprada ya en mágico almacén y hasta nombre raro le pusiste: caperuza roja.
Seguiste tu camino de artista narrando tu mismo cuento por varios años; el nuestro.
Yo sentía que mi corazón de trapo se rompía,
Que mis brazos ya gastados más se enredaban,
Que mi sonrisa se borraba, que mis ojos se desprendían.
Quise cortarme con mis propios hilos, pero no podía.
Quise gritarle al mundo mi dolor, pero no podía.
Quise olvidarme de ti, mi bello milagro, mi titiritero, pero no podía;
Seguía amando y esperando al único hombre que me tocó por designio.
Me quedé olvidada en la caja de tu primera consola de juegos.
La aprendiz de títere se convirtió en una títere más y rebelde en el exilio ingrato.
Ya sin voluntad ni esperanza, solo una sombra y despojos de la gran artista que fue.
El aprendiz de titiritero se convirtió en un títere oprimido y explotado más;
Movido por el titiritero mayor de la codicia y la avaricia del sistema;
Ya sin arte ni pasión,
Ni siquiera era un mínimo eco del relato de lo que fue,
¡Se fue!
Tampoco los milagros duran para siempre…
Y así finalizó la historia de la necesidad y la oportunidad;
Terminó la fábula trágica de la ayuda y la ingratitud.
A la aprendiz de títere y al aprendiz de titiritero;
El milagro a cada quien se les acabó.
El telón a él se le cerró; todo se le apagó; Dios le soltó su mano.
Dos almas ahora separadas hasta de los hilos invisibles de Dios.
La última títere que quedó, caperuza roja; en cambio,
Cansada de ser mal manipulada por el finado titiritero perturbado;
Le pidió en silencio ayuda al Dios del mismo “niño grande”.
La escuchó: tomó vida después, cuerpo, y movimientos sin hilos.
A cambio de que empezara cantando en sus shows,
Ahora con su propia voz: ¡Aleluya!, de Leonard Cohen.
Se irguió hasta el metro setenta
Dentro de ese traje largo rojizo, muy elegante y festivo de noche.
No perdió y mantuvo la blancura en su piel;
La nueva figura de muñeca y pretendiente a gran artista.
Envalentonada como una diva cantante realizada,
Sube a los mejores escenarios de teatros y grandes plataformas.
Abstraída en sus momentos propios de fama y de gloria,
Recorre feliz las calles signando autógrafos a sus fans mundiales;
Con su nuevo seudónimo:
¡Lorena!
¡La Dama de Rojo!
Franz Alberto Merino Dávila
Escritor y poeta
Ecuador
2023
PROYECTO:
Proyecto literario teatral y musical: La aprendiz, el aprendiz. Franz Alberto Merino Dávila
https://drive.google.com/file/d/1GVfMREtzCnQr9gKjB9oRYpIjCnSgBDzI/view?usp=sharing