Con el rostro afeitado evitando irritar tu piel y mis manos desinfectadas, te sujetaba.
Sobre mi pecho izquierdo te abrazaba; entonando canciones inéditas de cuna, dormías.
¡Duerma mi angelito... duérmase ya... muy lindos sueños, tendrá!
Paseaba casi flotando con tu cuerpo floral a modo de ritual ante Hipnos, muy lentamente.
A cambio, me concedías la práctica de la virtuosa paciencia y tu rostro complaciente.
Otras veces, te cantaba canciones originales de cuna, pero para interrumpir tu sueño.
¡Despiértese mi niña... despiértese ya... le esperan los juegos con papá!
Abrías tus ojitos, y permutabas una sonrisa como pago… ¡contagiaba mi ángel su alegría!
¡Congratulaciones a mi amada niña!
¡Qué se cumplan no solo veinte y cuatro, sino todos tus deseos, mi añorada cría, mi amor!
¡Felicitaciones a mis dos adoradas mujeres...!
¡Bienvenidos “ocho meses” amorosos!
¡Enhorabuena magníficos octubres del noventa y seis, y del treinta y uno!
Afortunado evoco al mes de mi princesa y de mi reina, ¡de mi hija y de mi digna madre!
Con mucho amor,
Franz Alberto Merino Dávila.
Octubre 96/31
@franzmerino #franzmerino
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